¡Pandemia mundial!… Según mi experiencia.

Cuando inició todo este proceso empecé a experimentar múltiples miradas, emociones encontradas, evaluaciones de riesgos y oportunidades. Un sinfín de sentimientos porque somos humanos, integrados a una carrera y a una profesión, pero siempre humanos. Con miedos de lo que me falta y agradecimientos por lo que a veces tenía y no valoré del todo. Como por ejemplo: salir de casa a cualquier hora sin poder morir por ello. Ahora bien, tenemos desafíos sociales y económicos también para esta etapa, en algunos casos más profundos estos desafíos que en otros, y pienso mucho en eso.

Desde una mirada profesional, me siento afortunada porque la filosofía CHAN! nos ha permitido continuar con relativa normalidad a lo que hemos aplicado hace muchos años: respetar tiempos, entender procesos, cumplir con nuestros clientes, acompañar en cada etapa y sobre todo trabajar remoto con efectividad. Hemos sido flexibles y hoy lo estamos reforzando más que antes. Ha sido un proceso arduo encontrar personas que se ajustaran a esta mirada, de manera asertiva, y fue tanto el foco en hacerlo posible, que hoy tenemos una ventaja competitiva con relación a otras empresas del rubro que ven la publicidad en reuniones de brainstorming tradicionales. ¡Somos capaces todos de mucho más! En tiempos de crisis, la publicidad debe tener su climax.

Ahora bien, si bien nosotros hemos estado trabajando mucho en esto, ahora el reto es acompañar a nuestros clientes a hacerlo (los que no tienen esta dinámica aún) e incorporarlo. Empezamos a medir riesgos, oportunidades, darle mil vueltas a las cosas y mantener lo mejor posible comunicaciones con propósito. Esto quiere decir lo que hay que parar se para, lo que hay que reformular se hace. Dentro de todo, con nuestro equipo, aliados y clientes hemos venido trabajando en pro de seguir al pie del cañón, aportando y reinventando lo que sea necesario. Nos tengo fe. También es cierto que ha sido duro, hemos trabajado posiblemente con más pasión, con más preocupación para ocuparnos. Sin embargo, cada día, hemos aprendido algo nuevo. Hemos superado temores. Creado oportunidades. Y levantado a un equipo integral y horizontal, unos días unos y otro, otros.

En lo personal he tenido que lidear con más incertidumbre, pues esto de no tener contacto natural es muy complejo. Al punto que extrañas los abrazos colectivos y las reuniones, vas al supermercado con la sensación que estás en la primera temporada de The Walking Dead. Los paseos de tu perro se reducen al mínimo posible y escuchas ahora 3 veces más música para evitar que ladre. Al final me he sorprendido, pues siento una tranquilidad relativamente más fuerte que en ocasiones normales. Creo firmemente que el cerebro se reactiva a la supervivencia y a veces para hacerlo solo hay que fluir, vivir un día a la vez, aceptar y reinventar, tenerte más paciencia que antes, respirar el doble y relajarte. Esto, sin perder el foco en lo importante. Y la verdad que mi foco se reestructuró, pues ahora lo establezco desde otras prioridades, que pueden ser básicas, pero no eran las que tenía (o no en ese orden) antes, las comparto por punto:

1. Mi ser. Mi tranquilidad. Mi esencia. Mi propósito de bienestar.
Somos los únicos que realmente nos acompañamos en lo bueno y en lo malo. El resto solo percibe según su mirada, su mapa, su experiencia. Si cada noche, podemos dormir con la sensación que hicimos lo que queríamos hacer, rompimos paragidmas y prejuicios, nos lanzamos a vivir, y nos permitimos ser lo que somos con orgullo, además de cuidarnos. Todo estará bien en el resto. Pues creo firmemente que somos energía y solo podemos dejar que influya aquello que nos motiva. Si no, no tiene sentido.

2. Mi familia (con mi perra incluida) & amigos.
Reconecté con tantas personas, que es hermoso. Además me di cuenta que no todos tenemos las mismas conexiones que antes y eso está bien. Entonces empiezas a darte cuenta a quien realmente le genera satisfacción estar presente y quienes te la generan a ti. Todo está bien, si es que si o si es que no, lo importante es estar claros y priorizar desde el corazón. También, valoración. Y a veces, seguir instintos.

3. Mi trabajo, mis compañeros, mis clientes, mis proveedores.
CHAN! es parte importante de mi vida, una familia, un crecimiento y evolución. Hay días de días, lo importante es que lo estamos viviendo con el mismo corazón que antes, pero con más criterio que antes. Nuestra filosofía permanece, y nuestros objetivos específicos se van puliendo. Somos un barco, que debe flotar. Y en este momento mantenerse a flote es el mayor logro. Cada uno de mis compañeros le está poniendo un mundo y tienen mi admiración y mi respeto. Aunque tengamos diversas posturas o visiones. Somos equipo. Y vamos por más.

4. La naturaleza.
Esto debería estar en mi punto 1, pero la verdad cuando logre salir de casa reconectaré aún más con lo que me gusta. Tengo pendiente, mil sesiones de fotos de flores y atardeceres, subidas de montaña, lanzarme de paracaídas, pasear a Athena en muchos parques diversos, explorar, acampar y seguir cuidando nuestro hermoso mundo. Es un regalo maravilloso y es una bendición que dentro de todo este «caos» la naturaleza se esté sanando. Que gran mensaje el saber que somos una especie que destruye. Tengo fe, podemos construirnos.

5. La música, el arte, los libros, la cultura.
Mi pasión, mi sensibilidad, parte de mi mundo. Sí, camino con música y le pongo soundtrack a mi vida. Mi spotify es una locura. Y me encanta.
Haré la lista de «Coronavirus» en ella y se las compartiré.

Creo firmemente que como especie hemos perdido mucho tiempo en lo superficial, y hoy, tenemos la oportunidad de reenfocarnos a lo importante. Hay cosas que necesitamos, evidentemente, pero lo que hoy es más necesario es ser consciente, pensar en colectivo viviendo individual, ser valientes cada día y cuidar lo que vale. Esta etapa pasará, y cuando la superemos, estará el verdadero reto: evolucionar desde la base. ¿Podremos hacerlo? Espero que sí. Nos tengo fe.

Mi mensaje: Todo tiempo es perfecto y lleno de lecciones que nos acercan a nuestro propósito.Al final, todo va a estar bien.

Jessica Cámara